El ruido de tráfico es considerado como una de las causas de deterioro medioambiental asociado a cualquier infraestructura de transporte, ya sean autopistas, líneas de ferrocarril, aeropuertos, etc.
Con el paso del tiempo, la normativa ha venido a establecer límites de emisión sonora a los diferentes medios de transporte que cada vez los hace menos ruidosos; no obstante, sigue existiendo un problema de contaminación acústica generalizada por este motivo.
Las actuaciones tendentes a reducir el ruido en la interfase neumático-calzada y rueda- raíl se suelen concretar en la prescripción y empleo de firmes de tipo poroso-drenante -un ejemplo, es el caso asesorado por nuestros letrados que puede encontrar aquí-, infraestructuras de vía con carril continuo y traviesas con elementos antivibraciones, etc.
Otras veces, las actuaciones tendentes a la limitación del ruido no pueden aplicarse sobre la propia infraestructura, si no sobre la ordenación del transporte, la colocación de pantallas acústicas u otros dispositivos reductores de la transmisión de ruido.
Las Administraciones Públicas no son impunes ante los problemas de contaminación acústica; no toda actuación es admisible, aún pretendiendo ampararse en la necesidad de la infraestructura para la colectividad.
Consúltenos su caso, le asesoraremos sin compromiso.